04 mayo 2015

‘De 38 federaciones, solo seis están registradas’



A unos días de cumplirse un mes como nuevo viceministro de Deportes (8 de abril) el exfutbolista Marcelo Antonio Carballo Cadima (Cochabamba, 07-12-1974) sostiene que su trabajo es apoyar a las distintas federaciones del país, sin embargo primero éstas deben afiliarse al Ministerio de Deportes, y de esa manera cumplir las normas.

Considera que está preparado para asumir este nuevo rol como autoridad, aunque confiesa que es un trabajo más arduo de lo que esperaba. Igual se siente contento por todo lo que realiza, ya que sigue ligado al deporte luego de haber sido futbolista profesional durante 20 años (17 en Wilstermann y tres en The Strongest).

— ¿Cómo asume un exfutbolista el reto de ser ahora una de las principales autoridades deportivas del país?

— Si bien antes ya recibí una invitación del ministro de Deportes, Tito Montaño, para trabajar en la Dirección Nacional del Fútbol, que es un campo que lo conozco mucho por mi trayectoria como deportista, este reto (ser viceministro) implica tener una visión más amplia de las cosas. Uno no solamente se aboca al fútbol, sino a otras 38 disciplinas en nuestro país, por lo tanto eso conlleva tener la capacidad de una visión más grande, una capacidad para gestionar otro tipo de instancias más importantes.

— ¿Considera que tiene la experiencia para manejar todo lo que menciona?

— Si bien la experiencia de manejar la dirección deportiva de un club como Wilstermann tiene una cierta similitud con esto, los procesos de las entidades del Estado son mucho más exigentes, los pasos hay que cumplirlos a cabalidad, los asuntos administrativos a veces no coadyuvan mucho para que todo sea más fácil, sin embargo es parte de lo que como funcionarios públicos tenemos que adaptarnos.

— ¿Ha notado más complejidad en otros deportes?

— No sé si son más complejos, porque el fútbol, en la dimensión que ha tomado, tiene una complejidad muy alta. A veces el hincha que va el domingo al estadio y ve a 11 jugadores de cada bando que entran a jugar, cree que el fútbol es simplemente eso, pero detrás hay una gestión tremenda. En otros deportes entiendo que es lo mismo, hay una serie de situaciones que hay que ir ordenando, gestionando para llegar a la competencia.

A lo que nosotros nos abocamos es a coadyuvar, a dar un apoyo en la preparación de estos deportistas que ya han salido del nivel recreativo para pasar a un nivel competitivo.

— ¿Qué le dejó el fútbol como carrera?

— He sido realmente feliz en el fútbol, entiendo que la visión más linda, más noble del fútbol la va a tener siempre el jugador, porque tiene muy pocas cosas de las cuales preocuparse.

También entiendo que al futbolista no le pagan por jugar, porque creo que no hay cosa más linda que ir a entrenar, competir, jugar en estadios. Creo realmente que al jugador le pagan por evitar tener una vida como la de cualquier persona normal. Tiene que evitar comer ciertas cosas, no tiene que trasnocharse o descuidarse en su vida.

— ¿Y ser entrenador o director deportivo?

— La visión como administrativo, como director deportivo es totalmente distinta, porque es un abanico de cosas que le toca a uno ver. Y el entrenador no solo tiene que pensar en la metodología de entrenar, ver videos de su equipo, del rival, pensar en la alimentación. El técnico se levanta y se va a dormir pensando en fútbol.

— ¿Qué beneficios para el deporte cree que trae la creación de un ministerio?

— El ministerio como tal tiene un poco más de un año, es una entidad nueva, estamos tratando de agarrar un ritmo, una fluidez de gestión que nos permita ser cada día más eficientes.

Hay situaciones que nos toca ir resolviendo, en ese sentido veo con muy buenos ojos que tenemos un Ministro de Deportes con una visión muy amplia, no solamente la experiencia que él ha tenido como deportista, sino la experiencia que obtuvo en diferentes entidades.

— ¿Cuál es la función específica de un viceministro?

— Estamos enfocados en ver lo que es el deporte de alto rendimiento. Eso implica que tengamos que ver la relación con las federaciones deportivas.

— Faltan tres años para los Juegos Odesur 2018 y Bolivia no tiene un deporte competitivo. ¿Cómo se está encarando la preparación de nuestros deportistas?

— La preparación de los atletas es competencia total de la federación de cada deporte. Nosotros, como ministerio, no generamos programas de entrenamiento porque no es nuestra labor. Pero aquí hay una situación: nosotros para poder apoyar, las federaciones, desde el punto de vista logístico o económico tienen que cumplir con ciertos requisitos, que ellas estén registradas bajo la tutela del ministerio para poder coadyuvar con su labor. En ese sentido digo con mucha pena que de las 38 federaciones simplemente seis (deportes para ciegos, automovilismo, judo, deportes ecuestres, tenis y fisicoculturismo) están registradas en el ministerio, entonces por reglamentos internos de esta cartera no podemos coadyuvar con los otros.Mientras no estén registradas las federaciones no podremos trabajar con ellas.

— Escuché que hay un proyecto para 30 deportistas, ¿de qué disciplinas serán?, ¿cómo se define el apoyo a éstos?

— No quiero animarme a decir la cantidad porque hay la posibilidad de sumar empresas privadas que nos pueden apoyar y este número puede variar, pero la idea es que nosotros apoyemos a estos deportistas con ayuda económica para que les solventen en su preparación.

Los nombres ya los tenemos en unas listas previas que las hemos podido recoger a través de rankings que averiguamos de distintas disciplinas y en su momento los haremos públicos.

— El Comité Olímpico Boliviano tiene la idea de que el país debería estar trabajando con unos 500 deportistas y que entre 300 y 400 representen a Bolivia por ser anfitrión. ¿Es factible eso?

— Primero debemos ver en qué deportes de conjunto tenemos una selección, luego debemos ver los deportes individuales y quizás no lleguemos a un universo de 500, pero hay que ver si las federaciones tienen la capacidad económica de tener un universo tan grande de deportistas preparándose.

También hay que analizar si nosotros como ministerio podemos llegar a ese número, en el sentido de que esta cartera maneja una cantidad de recursos limitada. Hay que ver la realidad y lo que es aplicable.

— ¿Qué aspectos positivos sacaron de la llegada de expertos colombianos?

— La organización de los Juegos Sudamericanos no solamente implica una situación deportiva, sino una filosofía que va por debajo, como en el caso de Medellín (2010), que le sirvió para hacer un cambio cualitativo a la calidad de vida de esa ciudad. Creo que para Cochabamba la gente tiene que entender que en sus manos no está la organización de unos simples juegos, sino de un evento que puede cambiar su vida.

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